sábado, 30 de junio de 2012

Saben las ninfas



Saben las ninfas divinas
de leyendas y de flores.
Saben de rosas y espinas,
del misterio de los bosques.

Visten de azules las musas
y del verdor la esperanza.
Visten los elfos de rosas
y doradas las cascadas.

Saben de augurios soñados,
de fantásticos desvelos.
Saben las ninfas del campo
de sus arcanos secretos.

Los arrullos de sus cantos
son requiebros de alabanzas,
saben las ninfas de ocasos
y de diáfanas alianzas.

No hay malicia en sus miradas,
son halagos las sonrisas,
cuando aparentes enfados,
se transforman en caricias.

Saben las ninfas de elfos,
de la luna y sus enigmas.
Saben de ocasos dilectos,
de inspiración y de alquimia.

Son los mitos de la noche
de los bosques que fascinan,
esotéricos acordes
de las ninfas peregrinas.

Saben las ninfas de perlas,
de las piedras  cristalinas.
Son de zafiros las huellas
de sus lágrimas hialinas.

Saben de límbicos iris,
saben de espectros bohemios,
saben las ninfas sutiles
ser la pléyade de sueños,
que hacen del bosque el Olimpo
cual el ónfalos del Delfos:
donde susurran las musas,
elfinas, duendes y elfos.





miércoles, 27 de junio de 2012

Sonrisas de un Verano



Sonrisas de un Verano,
promesas de arco iris,
la lluvia que refresca
y el Sol que nos sonríe.
Verano relajante
que invita y que concibe,
amores de estudiantes
y sueños infantiles.

Nirvana placentera
de mar y paraiso,
serenos en la arena
amantes del idilio,
celebran sus promesas
sin sombras ni espejismos,
Verano que sonríe
quimeras, como un niño.

El cálido follaje
de campos y paisajes,
adornan su elegancia
y abrigan los romances.
Hay trino y melodía
de coplas y cantares,
divinas romerías
y mágicos azares.

Cobijas de alegrías
de amores y pecados,
hay sueños consentidos,
crepúsculos y ocasos.
Verano de sonrisas
y espléndidos contactos,
de amantes fugitivos
y anhelos visionarios.

Promesas de arco iris,
Verano imaginado
con mar, arena, espuma
y amantes consagrados.
Campestres despedidas
de besos encontrados,
cobijan maravillas
en noches de Verano.

miércoles, 20 de junio de 2012

La grandeza del alma




La grandeza del alma no se esconde entre sombras,
ella mira y se asoma sin  barreras truncadas.
La grandeza no apaga el candil de su aurora
cuando el alma censura los silencios que callan.

La grandeza no es lujo material que deslumbra,
es la tenue mirada que fecunda y perdura.
Humildad y esperanza que se unge y consagra,
en el sabio sendero del perdón sin palabras.

La grandeza es el verbo del hacer sin venganzas,
es la firme certeza que perdona y no juzga.
Es mirar la belleza de la niebla y la escarcha
y emprender desafíos entre nubes de dudas.

No hay grandeza más tierna que besar con el alma,
los primores sencillos que los ojos no alcanzan
y que brillan callados entre niebla y escarcha,
cual zafiros celestes en sutil filigrana .


La grandeza no esconde su dilecta hermosura,
filantrópica alcanza su verdad y cordura.
La grandeza renueva, regocija y perdura,
cuando el alma ha mirado el amor sin censuras.

No hay tinieblas que opaquen la beldad en penumbras,
la grandeza libera, no encadena disculpas,
no reserva falacias esquivando las dudas,
si al  besar con el alma no hay pesares ni angustias.


lunes, 11 de junio de 2012

Sueña corazón poeta



Sueña corazón poeta,
sueña perfecta beldad
y en su agraciada silueta,
sueña anhelos la verdad.

Sueña despacio y sin prisa,
sueña el éxodo en el mar,
sueña la fiel poesía:
sueña ilusa su bondad.

Sueña ilustre maravilla
su quimera de arrebato
y en la visión que alucina,
sueña el náufrago su espanto.

Sueña un tiempo de quijotes
la evasiva justiciera,
sueña el bohemio sus dotes
en la soledad que versa.

Sueña corazón poeta
su peregrina ambición,
cual  soñadora leyenda
en su égloga de amor.


Sueña hermosura divina
generosa y reticente,
sueña ilusa  a la deriva
en el exilio silente,
la legendaria utopía
de una pléyade que siente,
el naufragar de su lira
en el olvido que hiere.


Sueño yo, noche de estrellas,
sueño el terral que ennoblece 
sueño mi eterna promesa,
sueño el pasado que vuelve,
cuando beso con mis letras:
los recuerdos que no mueren.


sábado, 9 de junio de 2012

Enigmas de una tarde.

La tarde enamoraba con su brisa. Todos buscaban el regocijo en las miradas, reclinados los cuerpos en el pasto fresco y el aroma del viento seductor embriagando los espacios, los anhelos y los suspiros. El néctar de la vida coronaba sus encantos, brotaba con la fuerza vital de su energía imparable en el acople perfecto con la naturaleza. Armonía del Sol y de su alquimia, del poder selectivo del silencio intangible, discreto e inevitable, de los acordes del horizonte inescrutable que enamoraba la tarde con su brisa etérea, mientras el descanso contemplaba ascético el paraíso enigmático de la vida y sus misterios.
Rendidos ante el ideal de una quimera, fantasía del ensueño y utopía de la espera infinita ineludible e inaplazable, agitada y persistente, incognoscible y optimista,  estaban los sueños respirando los instantes , reclinados en el laberinto verde del cándido universo, mientras la brisa tierna enamoraba almas, despertaba espíritus de duendes y armonizaba misántropa y bohemia con la tarde y el vistuosismo etéreo de su encanto.
Miradas solitarias y cómplices, emocionadas ante la inercia y la pasividad del entorno, del placer oculto y reservado de lo divino, de lo incomprendido que libera y desata, que invita a la meditación e iluminación interior, que enlaza los puentes esenciales entre el mundo invisible a los ojos y ese universo que solo puede descubrir el ónfalos del alma. Y en medio de la compañía de la magia, la tarde recibía el acariciante velo de la brisa que la enamoraba con su seducción, con su vitalidad inconfundible,  en la eclosión del silencio  que trasciende y fascina, que libera y depura, mientras los sueños reclinados inspiraban las musas solitarias y melancólicas en el arrebato vehemente del néctar de la vida  y el augurio de su espiritualidad divina :  Enigmas de una tarde besada por la brisa.

Y la lira apacible que acarició la tarde
vaticinó la mística sonrisa de la brisa,
enamoró miradas en el supremo instante
y consagró el silente misterio de su alquimia.


Y el bohemio sendero que liberó su encanto
profanando el sudario del peregrino encuentro,
arrebató el susurro del obcecado llanto
y conmovió la lira cual inefable sueño.


Complicidad loable de armonizar virtuoso
el silencio apacible de la bohemia brisa,
que sorprendió la tarde en el campestre gozo
al compartir arcanos renuevos y utopías.


Y la tarde cansada enamoró algún beso
en el ocaso ardiente de la mirada egregia
y acarició el desvelo de su silencio pleno
con la ternura errante de la nobleza eterna.

martes, 5 de junio de 2012

Un día presuntuoso entre tantos




Un día presuntuoso entre tantos
buscando el desatino de algún beso.
Un día incomprendido en el sendero
del yermo y solitario desengaño.

Crueldad del ser errante y vagabundo
que busca levantarse en la mentira,
dañando corazones con sofismas
del náufrago universo de su mundo.

Un necio despertar en la oquedad
trivial del desamparo que enajena,
la absurda maldición del anatema
que ahoga en su censura la humildad.

Deambula entre aventuras del destino
la nimia sensatez de la palabra
y el nómada vacío que le abraza,
cual pléyade las letras del hastío.


Ególatra fantoche es el olvido
que cubre con su escarcha la alegría,
creído,  petulante y egoísta,
cual bárbaro endiosado y poseído.


Un día atormentado en la vigilia
la terca necedad sin patrocinio,
cual égloga visión del  peregrino,
 que esquiva reticente su agonía.


Bucólica expresión que se idealiza
cual oda visionaria del sendero,
que  busca el devaneo de aquel beso
iluso en el azar de su utopía.