jueves, 14 de febrero de 2013

Pasotas de Febrero/Amor

Seguimos todas traviesas
entre convites y flores,
en el mes de los primores
coquetas como princesas.
Y anhelamos las sorpresas
de alondras y madrigales,
de canarios y zorzales
que inviten a la alegría,
de versar la melodía
entre pasotas virtuales.
Y es que en el mes seductor
se engalanan alamedas,
cual cómplices rosaledas
en crepúsculos de amor.
Globaliza el soñador
la pasión y el sortilegio,
disfrutando el privilegio
placentero del remanso,
donde converge el descanso
con el Cénit de su arpegio.
 
Engalanando sonrisas
con atuendos de hechiceras,
bailaremos cual rumberas
las coquetas pitonisas.
Traviesas las poetisas
como ninfas y vestales,
zalameras a raudales
en la parranda atrevida,
disfrutaremos la vida
entre pasotas virtuales.
Llego justo apuradita
a este convite de versos,
que divierten universos
con alegría infinita.
La distancia no limita
este encuentro aventurero,
que agasaja mensajero
entre notas con carisma,
la amistad que no se abisma
cuando nos une el tintero.

Pasotas enamoradas

Ilusas van las quimeras
amenizando primores,
seductoras como flores
de esplendentes primaveras.
Sensuales y aventureras
acrisolan los rincones,
flechando los corazones
con la ilusión que enamora,
el desvelo de la aurora
tremolando entre pasiones.
 
Luceros y querubines
en el ébano de estrellas,
visten doradas las huellas
de cometas bailarines.
Tentadores los jardines
enamoran con dulzura,
al Cupido en su aventura
de conquistar los primores,
entre suspiros, rubores
y el crepúsculo que augura.


 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Apolo de mis deseos


 


Sacudes todas mis penas
en tormentosas mareas,
sin claudicar entre quejas
plañideras de tristezas.
Secas lágrimas inquietas
que traviesas se apoderan,
del alma que se alimenta
de las dudas traicioneras.

Atesoras los secretos
loando cada momento,
en que el diáfano universo
dimensiona sus misterios.
Tan leal siempre discreto
confidente en los desvelos,
Apolo de mis deseos
en el délfico silencio.

Hacedor de mis sonrisas
en vigilias peregrinas,
caballero en las primicias
y oníricas despedidas.
Con tu mirada divina
desvaneces las neblinas,
Apolo que me cautivas
con tu hidalguía genuina.

Revelas el sortilegio
que fecunda nuevos sueños
de amaneceres bohemios
en el cenital reflejo.
Llegas cual oda de arpegios
en el clímax placentero,
del hechizante apogeo:
¡Apolo de mis deseos!


lunes, 11 de febrero de 2013

Romancero

 
 


Romancero que enamoras
entre letras desafiantes,
los revuelos nigromantes
de las almas soñadoras.
Son caricias tentadoras
del arúspice erotismo,
perpetuando en su lirismo
cual sublime privilegio,
cada verso como arpegio
del asceta virtuosismo.

Romancero, más que amigo
eres cómplice de anhelos,
tan leal en mis desvelos
y el más sensible testigo.
Siempre fiel si me fatigo
entre dudas plañideras,
agotada entre quimeras
lastimadas de espejismos,
tú me allanas los abismos
y versas mis primaveras.

Romancero que trasciende
lo esencial de las primicias,
y el regocijo de albricias
que entre versos se sorprende.
Visionario que defiende
los intentos que no expiran,
entre verbos que conspiran
emancipando el talento
e ilustrando cada intento
con las musas que lo inspiran.
 

domingo, 10 de febrero de 2013

Ha de escribir la noche

 
 
 
Ha de sangrar en versos crepuscular espera
que al escrutar la noche sondea sus anhelos.
Ha de saciar insomnios de ufana primavera,
que al indagar sus huellas se aferra a los desvelos.

Pudo sanar las rosas celestes sus heridas, 
 pudo verter relente de lágrimas al viento
al desangrar caprichos y dudas revestidas,
que exornan con sus galas retórico argumento.

Pues de cualquier manera la vida es un misterio
de enigmas tentadores y exordios mensajeros,
en tanto se confinan la injuria y el dicterio
que anulan las palabras de ascetas misioneros.

Si acaso en la figura de apóstrofe bohemio
esplende la palabra curtida de entusiasmo,
el frenesí que en versos ensalza su proemio
delira el arrebato sublime cual orgasmo.

Por ende si el recelo vacila en desconfianza
escéptico y perplejo sangrando incertidumbre,
ha de escribir la noche su pacto de esperanza
que atisbe el horizonte certero que vislumbre.
 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Mi carta de Amor...

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Amor de todos mis tiempos:

Estoy aquí de nuevo, aferrada al brillo ausente de tus ojos y al cálido recuerdo de nuestra despedida. Fue un día como hoy. Apenas transcurre el primer año de esta soledad física y el espíritu del amor no ha claudicado. Es tan tierno y persistente que se niega a sí mismo la posibilidad de albergar nuevos sueños en un nuevo corazón.
No puedo negar que han existido momentos de dudas, aciagos y quebrantos que me hacen flaquear por instantes, pero el ímpetu de amar se impone con su fuerza etérea e inasible, solo perceptible en este cúmulo de emociones que vibran al saborear la plenitud de tu recuerdo.
Hoy entorné la ventana y gotas de rocío salpicaron mi espera. Sentí la magia del primer encuentro... recuerdas? Aún lo conservo tan chispeante, en aquel amanecer en que el azar cruzó nuestros senderos allá en la colina, cuando en la vigilia pascual los animadores de la fe contemplábamos el rosicler del alba, el misterioso despertar del día acariciando la vida, abrazando la esperanza y agradeciendo la luz que irrumpe con su optimismo, celebrando el regalo inefable de cada segundo, en la algazara que se regocijaba con la vitalidad de la naturaleza esplendente en el horizonte.
Éramos entonces tan jóvenes, definitivamente ilusos. Tú con aires de Quijote desafiante, doncel de romances de otros tiempos y yo la expresión del poema peregrino, de quimeras azules y luceros traviesos, mientras atenazaba en el rostro la caricia del céfiro que nos besaba sutilmente, aquel amanecer en el rosáceo aspergio del silencio.
Fueron instantes cruciales en nuestras vidas. La melancolía, la nostalgia, las carencias y añoranzas, sellaban alianzas con lo esencial de nuestras almas. Compartimos desde el primer momento nuestras primicias, ansiedades y la utopía que se escapaba con el frenesí ilustre y alucinante de la juventud. Así comenzaba toda nuestra historia, la del ayer, la del hoy y la que se perpetúa en los anhelos visionarios que nos mantienen renovados, vitales con la energía imparable del aura que vence la inseguridad de las tinieblas.

Hay razón y verdad, hay ocaso y delirio,
me sumerjo al trenzar entre letras mis sueños
y me embriaga el edén y el trinar del jilguero,
que acrisola el versar vehemente que escribo.

El susurro del mar levantisco y divino
es adagio viril del amor que extrapola.
El augurio boreal primoroso de aurora,
en su asceta virtud nos acerca genuinos.

Te comparto el vergel que supera el vacío
allanando el dolor que en la espera conspira,
mientras tanto acaricio en la osada colina
el preclaro mirar del indócil destino.

Que el peregrino beso de mi alma suspire el desvelo de mi amor que se complace del recuerdo. Como siempre deseo que mis letras hagan vibrar la magia de esta alianza para todos los tiempos.

Aquí dejo mi huella de amor,

Tuya siempre:

Una Gota de Rocío que te ama.
 
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Mi Receta de Amor...



Si he de escribir la receta
para el amor conquistar,
pienso primero citar
la amistad que duradera, 
 trascenderá sin flaquezas
siempre fiel, siempre leal.

Es la porción ideal
la que mezcla con respeto,
el cariño y el empeño
con la mirada sensual,
tan lasciva al cautivar
cada instante con esmero.

Disfrutar en el desvelo
del placer en la vigilia,
agregar dosis de vida
con el néctar del deseo
y ser siempre compañeros
confidentes sin intrigas.

Conservar en las primicias
la tolerancia sin dudas,
desechar las conjeturas
tan seguros sin enigmas,
renovando los proyectos
siempre amantes, sin sofismas.