Llegan mil versos de ocasos

Suspirando desvelados
llegan mil versos de ocasos
escapados del parnaso
que atesoraban silencios.
Entre azules sortilegios
incrustando sus azares
y entre délficos romances
que exhalan tantos anhelos,
miríficos sentimientos
surten torrentes alados.


Surten torrentes alados
sus cascadas de emociones,
dejan muros de rencores
y arrastran nuevos intentos.
Desafiando nuevos retos
y atreviéndose entre mares
han de abrazar los instantes
que nos ofrece la vida,
agasajando sonrisas
fieles a ilusos llamados.

Fieles a ilusos llamados,
respondiendo interrogantes,
 profusos los madrigales
lanzan placeres al viento.
Se regocija el sendero
ante el clamor de las musas,
dejan sus huellas profundas
al derramarse el tintero
asumiendo el universo
los idilios revelados.


 

La osadía de un te quiero

No he de herirte el corazón
si te acaricio entre versos,
si en la densa oscuridad
entrego todo mi cuerpo,
el alma, mi voluntad
y el candil de mis deseos,
el tintero,  mi verdad
y el abismo de mis sueños.
No he de herirte con mi amor
pues eres todo mi anhelo,
 mi dueño, mi surtidor,
mi adorable caballero
quien enciende de pasión,
desordena hasta el desvelo
y ofrece en la seducción
la osadía de un te quiero.

Te entrego la luz del alma

Sin lamentos, sin palabras
te entrego la luz del alma,
la tinta de mis azares
y el verde de la esperanza,
el torrente de lirismo
que fluye como cascadas,
que se alimenta de anhelos
mientras la luna me atrapa.
Y sí quiero que me trences
los caprichos con miradas,
que beses mis horizontes
que me ofrezcas la algarada
en lo viril de la entrega,
con esa pasión que alcanza
el corazón del poeta
que comparte su algazara.

¡El desafío enfrentamos!

Nos atrevemos al reto
lanzándonos cada día,
vulnerables a la vida
en esta jungla de acero.
La incertidumbre es flagelo
en el hacer cotidiano,
al entregar lo sagrado
de nuestra humildad genuina
y aunque el miedo paraliza:
¡el desafío enfrentamos!


Siembra la gentil semilla
no importa si es el pantano,
busca el terreno adecuado
y el alfarero que inspira.
Saber cosechar la vida,
solucionar los pendientes,
no mostrarse indiferente
frente al hoy que nos golpea,
alfabetiza, se entrega
con derechos y deberes.

Junto al iris de sueños

Y has sembrado la rosa,
su promesa: el anhelo
que vislumbra en el aura
su espejismo al azar.
No interrumpe su historia
con el paso del tiempo
mientras deja en el alba
su mirada ancestral.

Vestirá los colores
junto al iris de sueños,
la traviesa acuarela
que atesora el brillar.
Dejará corazones
en insomnes desvelos,
mientras tanto entre huellas
mostrará su beldad.
 

Mosaico de Versos 5

Mosaico de versos 4