jueves, 19 de abril de 2012

Por qué a mí ?



Por qué a mí ?
Si la luna me ama
y mi canto de versos
es sonrisa de vida.
 Por qué a mí ?
 Si suspiro  callada,
con la luz del celeste
 lucero que brilla.

Es real, no es un sueño
el silencio quebranta
y yo siento que tiemblo
cuando el miedo me alcanza.

Por qué a mí?
Si emociono 
 ante el verso que danza,
a la luz de la luna
que rocía mi alma.
Y mi llanto no es grito
 que agoniza sin prisa,
es caudal del abismo
 que fecunda mi lira.

Es real, no he soñado
y el espejo ha llorado,
congruente refleja
el ocaso en mis labios.

Y  el estigma de penas
no es fugaz ni precario,
perpetúa las dudas
 cual eterno calvario.

Es real , no es un sueño,
agonizo de espanto,
si mi pluma no besa
el rimar de su adagio.

Por qué a mí ?
Si censuro tinieblas
y la acracia siniestra
que confunden perversas.
 Por qué a mí?
Si en el caos que dejan,
mi poema florece
 del malvado anatema.

Es linaje de un sueño
la pragmática alianza,
del dolor que conmueve
con el verso que danza.

 Y emociona la luna
cual relente de plata
y su numen confunde
la precaria añoranza.

Por qué a mí ?
Me pregunto:
 y el lucero se apaga,
no hay respuesta suprema
que convenza su magia,
nihilista  anarquía ,
confusión que desgarra,
en la endecha que deja
 la tristeza en mi alma.


miércoles, 11 de abril de 2012

Sinfonía del agua.

Sinfonía del agua que cae, concierto melodioso que dibuja estelas luminosas,  en su brusco desnivel del cauce que precipita y rompe su acompasado peregrinar. Cascadas de luces de palabras y arco iris que destellan manantiales de emociones y estremecen el paisaje con su fascinación y encanto, perfecta armonía desafiante, que cautiva y regocija.
En el fondo se vislumbra el brillo de las piedras, son como espejos que el Sol ilumina  e irradia tornasoles contrastes de matices . En las noches los hilos de platas del rocío de Luna,  las hacen brillar como diamantes, como si las estrellas invadieran el hialino fondo y se prendieran de cada una de ellas .
Sinfonía del agua: clásicos acordes de una melodía mágica, misterio de la creación que se debate  entre un nostálgico llanto de añoranza y la alegría saltarina de arpegios que enamoran y seducen, se pierden entre los límites del bosque de esperanzas, florecen en los velos de las hadas que guardan sus tesoros en el frenesí de la noche, en el sortilegio iluso del  crepúsculo  y en la renovada plenitud del alba.  Como novias discretas en la percepción etérea del  horizonte, danzan con los silfos al ritmo del viento melodioso, disfrutan los acordes que suspiran intrépidos y desveladas se enamoran ingenuas en su caída loca hacia el piélago del averno luminoso:candorosa inocencia surtidora de romances y de anhelos.
Sinfonía del agua que se deslumbra ante la belleza, ante lo desconocido, cascada que súbita y suicida se deja caer desde lo alto cual frenesí de su arrebato y su delirio, de exaltación y apasionada furia. Sus velos aparecen como surtidores de colores en fuga y el viento es su mejor aliado en esta huida misteriosa hacia el vacío. Sabe que allí alguien espera, quizás un elfo enamorado que llevará en el manto su amor desvanecido, como mensajero paciente de lágrimas y suspiros.

Melodía del agua  cuyas notas aspergen
los acordes que surten el diario del bosque.
Sinfonía de duendes cuando el alba amanece,
surtidora cual musa con el halo de flores.

Melodía del agua, candidez y tibieza,
suavidad cuando fluye su cadencia perfecta.
Melodía que excita cual cascada violenta,
en el brusco declive del ocaso que espera.

Melodía del alma en el plácido viaje
con las hojas del bosque peregrinas y tiernas.
Sinfonía de acordes que bohemios y errantes
perpetúan sus huellas cual primores de estrellas.



lunes, 9 de abril de 2012

Eterno frenesí de alianza.



Había pactado la noche con su estigma
y el claro de la luna su velo matizaba.
Había consagrado el beso en la delicia,
azar de cautivar neófita su alianza.

Y ella acompañaba sus mitos con el arpa
y el claro de la luna su rostro contemplaba.
Había consagrado su tiempo de añoranza
y el néctar de la noche sus ansias mitigaba.

El templo de aquel bosque, augurios vislumbraba
y acordes de la noche pactaban con el arpa,
oráculo de arpegios, melódica algazara
y el éxtasis de un sueño besado por el alma.

El dulce frenesí sus musas suspiraba
y el templo de aquel bosque arúspice guardaba,
el velo de aquel sueño neófito de alianza
cantando con la luna el ángelus del alba.

Y ella cobijaba el velo de su alianza
y el claro de la noche sus huellas matizaba.
Había consagrado de arcanas alabanzas,
el mito del crepúsculo: averno de su alma.

Y Bella aún sonríe sus noches con el arpa
y habita sus hechizos cual ninfa enamorada.
Consagra en el secreto de atávicas alianzas
el pacto que reserva eterna su alborada.












viernes, 6 de abril de 2012

Sangre de Amor

Sangre de amor: Verbo Amado, 
 Cruz y clavos te mancillan,
calman su sed con la ira
que blasfema sus pecados,
consumando en el Calvario
la más terrible ignominia.

Sangre del Hijo Sagrado
en la Cruz que martiriza,
vierte el amor cual sudario
entre lágrimas y estigmas,
el dolor que ha flagelado
al Cordero de la Vida.

Siete palabras expiran
ante la Cruz del quebranto,
la traición ciega e impía
consumada en el Calvario,
viste la oscura perfidia
con las sombras del pecado.

 
Vierte su sangre divina
cual eclosión del ocaso
y las tinieblas se agitan
ante la luz del sudario,
al resucitar la Vida
redentora en el Calvario.

Cruz Salvadora de vida,
sangre de amor: Verbo Amado,
tú venciste la agonía
de la muerte y el pecado,
con la Palabra Divina
de tu Corazón Sagrado.


¡ Ven Señor: Camino y Vida
  Ven Señor Resucitado !


lunes, 2 de abril de 2012

Te busco.

Te busco en las colinas de mis sueños,
te encuentro en lo profundo insospechado.
Te busco en la oración de mi silencio,
te encuentro en el conjuro de mis labios.

Te busco en la intención de la palabra,
te encuentro en el azar de aquel abrazo.
Te busco en el albor de una mirada,
te encuentro en la caricia del descanso.

Sostienes la pasión de cada encuentro,
te busco en el dolor de mi fracaso,
 arrullas con tu amor cada lamento:
eterna comunión en el quebranto.

Te busco en la certeza de un te quiero,
te encuentro en el perdón que me contempla.
Te busco en el ocaso del destierro,
te encuentro en la crisálida que espera.

Nobleza de tu amor que no desmaya
llenando con tu salvia los vacíos.
Nobleza de tu espíritu de alianza:
eterna redención y sacrificios.

Te busco en los colores del encanto,
efímero verdor del paraíso.
Te encuentro en el azul que ha refugiado,
cual piélago insondable su lirismo.