lunes, 17 de septiembre de 2012

Concierto que confiesa

 
 


Concierto que acaricia madrugadas
y el díscolo placer de sus primores,
inquieta presumido los rubores
de indóciles y ascetas escapadas.
 

Vagando tan discretas las miradas
de azares desflorando sus candores,
confiesan clandestinos, tentadores
revuelos de aventuras desveladas.


Libertas las gemelas esperanzas
en fugas celestinas de caricias,
rubrican hechiceras sus romanzas.


En tórrido concierto las ardicias
del loco suspirar de las andanzas,
musitan seducción en sus primicias.

II

Musitan seducción en sus primicias
umbrosos avatares revividos,
arrullan sus consuelos abstraídos
del canto cefiral de las albricias.


Evaden el rencor de las codicias
que aclaman egoísmos desprendidos,
celosos los acordes reprimidos
y efímeros bergantes de malicias.


Concierto del crepúsculo cansado
y el mito cenital de su osadía,
que intrépido fecunda enamorado.


En tanto su algazara en melodía
confiesa en el vergel alborozado:
la súbita eclosión de su porfía.

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