domingo, 4 de noviembre de 2012

Espero... quizás... yo sé...

 



 Espero que tu dicha conserve la fragancia,
que el tiempo no descubra su absurda nigromancia.
Yo sé que la sonrisa con sombras del desvelo
esconde en la falacia su rostro ladronzuelo.

Espero que en tus ojos el gris de intolerancia
no esconda en su trastienda la oscura petulancia.
Yo sé que la arrogancia confunde en su revuelo,
el rostro del engaño con velo de consuelo.


Quizás las noches pesen suspiros de ignorancia
y sé que en el olvido renace la arrogancia.
El páramo desierto congela el fiel anhelo
de amar en la distancia, besando el mismo cielo.


En tanto la esperanza no cesa su constancia
leal a su riqueza, capaz en su abundancia.
Espero que en la sombra versal de nuestro duelo,
no sea tu venganza pletórico flagelo.

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