domingo, 18 de noviembre de 2012

Descubre el universo en su porfía





  Errantes las ventiscas concertistas
de alburas entre pinos arrullados,
deslindan otoñales, vespertinas
las brechas añejadas del ocaso.

Conquista la verdad entre el sofisma
oculto en la leyenda que extrapola,
en tanto el horizonte en su porfía
desmiente a la traición usurpadora.

Confundo mi plegaria con la tuya
en ronda clandestina y desafiante,
si locas sensaciones de aventuras
irisan nuestro otoño de romances.

Desdeña la herejía de tus ojos
el páramo de sueños y extravíos,
bohemio y peregrino va el enojo
en yerma soledad del laberinto.

Inspira en el adagio ineludible
que llora el abandono migratorio,
las notas del ocaso que conciben
arpegios que suspiran aleatorios.

Desvelos de nostalgias indiscretas
testigos son de infieles acertijos
y el fresno del idilio aún conserva
indemne e incoherente desvarío.

Locura retadora que convoca
mirar hacia la altura con denuedo,
en tanto las quimeras acrisolan
profanos testimonios del deseo.

La audacia del sagaz atrevimiento
consagra perspicaz en su osadía,
tan solo al inclinar sobre el espliego
abstracta la virtud que mistifica.

¿Es mito o realidad el artilugio
apólogo de acción y alegorías?
Si el reto desafiante cual iluso
descubre el universo en su porfía.


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