Trina el zorzal su romanza
en la aurora estremecida,
si amanece florecida
cuando el rosicler le alcanza.
Siente el céfiro la alianza
del madrigal en el monte,
del jilguero y el sinsonte
entre palmas, mariposas
y azucenas primorosas
en el ínclito horizonte.
en la aurora estremecida,
si amanece florecida
cuando el rosicler le alcanza.
Siente el céfiro la alianza
del madrigal en el monte,
del jilguero y el sinsonte
entre palmas, mariposas
y azucenas primorosas
en el ínclito horizonte.
Danza el eco matutino
sus caricias intrigantes,
sutiles y rutilantes
cual arpegio peregrino.
Y seduce lo divino
la lisonja sorprendida,
renovada y bendecida
cuando el requiebro se afianza,
milagroso de esperanza
en la aurora estremecida.
sus caricias intrigantes,
sutiles y rutilantes
cual arpegio peregrino.
Y seduce lo divino
la lisonja sorprendida,
renovada y bendecida
cuando el requiebro se afianza,
milagroso de esperanza
en la aurora estremecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario