No sé si tu caricia es mi ambrosía
si es gozo del edén que me succiona.
No sé si es la sorpresa que me entona:
al delfos del placer y la armonía.
si es gozo del edén que me succiona.
No sé si es la sorpresa que me entona:
al delfos del placer y la armonía.
Sé bien que tu quimera arrullaría
ilusa la utopía que abandona,
el néctar de la alquimia que sanciona
falacias de servil melancolía.
No sé si tus requiebros me dominan
y excitan la evasión que se contagia
del tórrido vergel que me cautiva.
Sé bien de tu sensual obra lasciva,
rijosa y placentera que presagia:
preclaras rosaledas que alucinan.
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