jueves, 2 de agosto de 2012

Y atrapo tu mirada




Inquieta y cenital frente a los ojos,
que evaden mis pupilas reticentes,
ascética me sumo a los placeres,
discreta, mesurada y sin enojos.


Rechazo la quietud que anda de hinojos,
cual sierva que se postra en la mentira,
rechazo la dogmática anarquía
e inquieta frente a ti, abro los ojos.


Serena y generosa ante el asombro,
en ascuas me conmuevo ante tus ojos:
exiguos soñadores de la aurora.


Tan parco en la virtud de tu hidalguía,
agitas la inquietud que me domina
y atrapo la mirada que me ignora.

II


Atrapo la mirada que me ignora
tan sobria en la aversión de su fracaso
e intrépida y osada en tu regazo
donar con mi sonrisa una lisonja.



Ganar tu voluntad es mi victoria
y el brío de mi audacia desafía,
la inquieta seducción de mis pupilas
que hechicen atrevidas tus auroras.


Adonis del consuelo que se añora,
bohemio peregrino entre mis sombras,
que gozan mis pupilas reticentes.


Apolo que en los vados me suspira,
turbando las caricias que a escondidas:
añoran la inquietud de sus placeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario