Detén al odio que en su maldad se mueve
y añade con desdén tanta ignorancia.
Detente absurda soledad que se promueve
bañada de rencor en su falacia.
Detente odiosa tiranía que blasona
un triunfo vanidoso que envilece.
Detén las sombras del dolor que no perdona
y en medio de un abismo se enriquece.
Detén capricho hegemónico e hiriente
que no busca en el perdón, solo se jacta
del ego intolerante , indiferente
que deja a la razón estupefacta.
Detén la fobia que aborrece y abomina
la rabia, la aversión del que desprecia
y acosa en el horror de una doctrina
la noble humanidad que menosprecia.
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