lunes, 5 de diciembre de 2011

Ese tesoro que amo.

Yo tengo un bello tesoro, un privilegio  es tenerlo
bendecida por mis padres y el hermanillo que tengo.
 Galán y fiel compañero, incondicional, sincero,
no escatima los anhelos para comenzar de nuevo.

Médico de profesión, cual sacerdocio supremo
de salvar vidas y azares, sin doblegar el empeño
y el sacrificio sagrado del bregar  como galeno,
con el axioma de Hipócrates en la visión de su credo. 

Cual Sócrates de virtudes, su ética es lo primero,
defender cada segundo, la vida en duro desvelo
y en su épica batalla, entre libros y proyectos,
llega escalando a la cima hasta llegar al lucero,
 de brillar en las miradas de pacientes en sus credos,
al devolver la esperanza y la sonrisa de un sueño.

Ese tesoro que amo y que bendigo en mis versos,
ese tesoro es mi hermano, luz de luz entre mis ruegos.
Y al Dios de amor y de honra hacedor del Universo,
ofrendo humilde sus manos de cirujano y experto, 
para que alcancen la gloria  con la luz del intelecto,
de practicar sabiamente las virtudes del talento
del Dr Granado Oreña, el tesoro de mis versos.


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