miércoles, 13 de febrero de 2013

Apolo de mis deseos


 


Sacudes todas mis penas
en tormentosas mareas,
sin claudicar entre quejas
plañideras de tristezas.
Secas lágrimas inquietas
que traviesas se apoderan,
del alma que se alimenta
de las dudas traicioneras.

Atesoras los secretos
loando cada momento,
en que el diáfano universo
dimensiona sus misterios.
Tan leal siempre discreto
confidente en los desvelos,
Apolo de mis deseos
en el délfico silencio.

Hacedor de mis sonrisas
en vigilias peregrinas,
caballero en las primicias
y oníricas despedidas.
Con tu mirada divina
desvaneces las neblinas,
Apolo que me cautivas
con tu hidalguía genuina.

Revelas el sortilegio
que fecunda nuevos sueños
de amaneceres bohemios
en el cenital reflejo.
Llegas cual oda de arpegios
en el clímax placentero,
del hechizante apogeo:
¡Apolo de mis deseos!


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