domingo, 10 de febrero de 2013

Ha de escribir la noche

 
 
 
Ha de sangrar en versos crepuscular espera
que al escrutar la noche sondea sus anhelos.
Ha de saciar insomnios de ufana primavera,
que al indagar sus huellas se aferra a los desvelos.

Pudo sanar las rosas celestes sus heridas, 
 pudo verter relente de lágrimas al viento
al desangrar caprichos y dudas revestidas,
que exornan con sus galas retórico argumento.

Pues de cualquier manera la vida es un misterio
de enigmas tentadores y exordios mensajeros,
en tanto se confinan la injuria y el dicterio
que anulan las palabras de ascetas misioneros.

Si acaso en la figura de apóstrofe bohemio
esplende la palabra curtida de entusiasmo,
el frenesí que en versos ensalza su proemio
delira el arrebato sublime cual orgasmo.

Por ende si el recelo vacila en desconfianza
escéptico y perplejo sangrando incertidumbre,
ha de escribir la noche su pacto de esperanza
que atisbe el horizonte certero que vislumbre.
 

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