jueves, 17 de mayo de 2012

Doncella del talento.



Trajo la inmensidad la brisa de un recuerdo,
 acarició con gracia la suavidad de un beso.
Trajo rayos de luna, el brillo de un lucero, 
las gotas del rocío, cascadas del deseo.

Trajo nácar de espuma, trajo fuego en el pecho,
con la ilusión del aura de un corazón intenso.
Trajo el tierno descanso, trajo un cielo discreto,
 inmensidad traviesa, doncella del talento.

Todo llega sin prisa, si al suspirar le veo
con la pueril caricia y el sonreír discreto.
Cual el vaivén del alma trae el mar en los versos,
salitre de las sombras cual nubes de recuerdos.


Trajo el viento apacible la huella de un te quiero,
trajo el lábil suspiro brotando del silencio.
Trajo el duelo inasible en sus olas de miedo,
 inmensidad del alma, princesa del averno.


Llega ilusa y suprema, trae el alba en su seno,
 amanece dispuesta inspirando mis versos.
Llega regia y profeta, dadivosa en su empeño
inmensidad poeta,  doncella del talento.

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