viernes, 13 de enero de 2012

La diosa de mis letras.


Tan sublime y de blanco, lisonjera viajera,
en excelsa crisálida te sonríes y sueñas,
con las flores del lago y celestes estrellas,
entre nubes de alfombras de la egregia  pureza.

Hay aroma de lirios, de jazmín y azucenas,
tu candor se transpira en tu rostro: doncella ;
y en el limbo el hechizo de algún elfo poeta,
nos seduce los sueños y cautiva las penas.

Te recreo en mis versos con la musa indiscreta,
ella siente que inspira fantasías  mis letras,
con la mística estampa de una blanca quimera
matizando mis versos con la ninfa que llega.

Tan sublime y de blanco, te despido en mis letras
polvoreando de rosas esa estela que dejas;
con marfil de amapolas y diadema de estrellas
seduciendo mis rimas con jazmín y azucenas.

Te regresas de blanco en crisálida etérea,
a ese mundo de encantos
 que en mis sueños me llevan,
las musas escapadas de un Olimpo de esperas,
que suspiran anhelos e inocentes quimeras:
susurrando en mis versos la diosa de mis letras.

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