Un deseo pediría
a los magos del Oriente,
que la paz fuera el regalo,
que uniera a los continentes.
Cargamentos de nostalgias,
hoy desangran a inocentes
y miles de niños humildes
escasean de un pesebre.
Cuánto dolor se reparte
con los pobres de la tierra,
y Jesús sigue clamando
la libertad y verguenza.
Santa Madre del pesebre,
sabia de amor y promesas,
tú que amastes el dolor
en el Calvario dispuesta,
bendice el santo regalo
con los pobres de la Tierra.
Vengan cargados de paz
de comprensión y pureza,
repartan frutos de amor
y celestial entereza,
bendecidos por la estrella
que desde Belén nos llega
en la sonrisa del niño
con los pobres de la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario