miércoles, 15 de febrero de 2012

Seductora de versos.



Se despide la luna con sus hilos de rosas
tan exhausta y radiante: damisela y señora.
Se ha cubierto con velo melodioso y viajero:
peregrina de amar cada noche el silencio.


Se despide la dama en el alba del tiempo,
ella todo lo entrega con su mágico aliento.
Se despide agraciada, damisela coqueta
y el crepúsculo amado la seduce, la besa.


Ha vivido su noche en alfombra de estrellas,
con los hilos de rosas tan sublimes y tiernas.
Ha  inspirado la musa de las almas poetas,
cual susurros de dioses en lisonjas de letras.


Hubo lujo en la noche del azul contubernio,
con luceros hialinos y profetas de sueños.
Hubo arrullo de sombras y relente de besos
a la luz de la luna, damisela de encuentros.


Se despide la noche, amanecen renuevos
y la aurora cobija a la reina del cielo,
damisela y señora, cortesana del tiempo:
peregrina de plata, seductora de versos.


Se  refleja en el lago su espejismo de sueños,
se despide en la albura,  solitario desvelo,
lleva el velo de rosas en su etéreo cabello,
damisela y señora en crepúsculo nuevo
que la besa y suspira: peregrino de versos.

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